Alguien ha robado en la Casa de los Dibujos, y Morocha averigua que fue su nieto Ray Ray. Por una confusión, la policía detiene a Morocha y es llevada a juicio, mientras que su nieto se esconde detrás de las paredes de la casa. Al ver por un agujero a Lulú, Ray Ray se enamora de ella (más bien de su enorme trasero), y se pone a cumplir todo lo que Lulú anota en su diario, incluyendo matar a Clara. Mientras que Capitanazo, traumatizado por el robo, decide adquirir un arma, pero pronto se obsesionará y empezará a experimentar el delicioso placer de matar.